jueves, 22 de septiembre de 2016

Sucio Fulgor

Oliendo el piso de este salón
A cada segundo me siento menos tímido
Las náuseas ya se te van contagiando
Delicias de medianoche con sabor a hollín

Desgarrando cachetes con las uñas
Ahorcando en nombre del amor
Los moretes se convierten en adornos
Y ya no te exaspera tanto el agua

Puede ser que te esté escuchando la pared
El odio se te escapa por la nariz
Atada a una cama de zumaque
Lavando heridas con vino

Se cae la piel a falta de vitaminas
Faltan sueños más inmensos
Todo queda escondido en el vagón
Cerca de las cortadas del talón

El odio se me está desbordando por la nariz
Vomitaremos hasta el último pedacito
De esta ansiedad preciosa
De esta inseguridad hermosa
Que me cobija en las noches
Y me humilla por las mañanas

Entre más inconcluso el asunto
Más tripofóbica se vuelve la lengua
Dedos llenos de mordiscos
Exploradores de anatomía
Son como pequeños trenes
Perdidos en necesidades ajenas

Idiota quien cree que es libre
Su saliva xenobiótica viene a salvarme
Me muestra el camino a la sala de espera
En viejas revistas me espera la putrefacción
Idiota quien no disfruta lo artificial
Por creerlo antinatural

A mayor cantidad de aire malgastado
Mayor la curva de aprendizaje
Los brazos se confunden con la piel del cuello
Se resquebrajan las espaldas
Y mientras chupo el piso de este salón
Podría jurar que me vuelvo menos tímido

No te lo tomes tan a pecho
Son solo llamaradas de frustración
Si aún no terminamos de saber quién somos
Cómo demonios habrían de saberlo los demás

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