viernes, 18 de septiembre de 2015

En una cueva

Voy a ir a buscar, una vez más
Mi dulce parche de nicotina
La algarabía muda
Que se comió los suspiros del tiempo

Los ojos que no pudieron llorar
Solo se acumularon al frente
Cuando todo esté mal
Desplómate inconsciente

Vapores ennegrecidos
Nos empiezan a ahogar
En cementerios de corazones
Incinerados por el soplo del cielo

Se prepara para hipnotizar
Con su meliflua voz
Fantástica e inefable
En segundos puede explotar

Levantará sus brazos al arrebol
Mientras haya ruido siempre
Insatisfacción intermitente
Le trastorna su bienestar

Piscina de arenas movedizas
Que no termina de tragar
Los retazos de piel y hueso
Iridiscencia que desaparece

Efímero y sin elocuencia ataca
Las faldas del volcán
Begonia Inmarcesible
Esconde los flujos del silencio

Se niega a morir la ilusión del dolor
El insomnio la alimentó
La inseguridad la trastornó
La tristeza la inmortalizó

Con la nariz llena de tierra
Decidimos pedirnos perdón
Pues nos hemos dado cuenta
Que los años matan al ego

Nuestras bocas se comportan
Como televisores descompuestos
Mientras que los ojos encandilados
Ya no saben que mirar

Gritos de rabia y dolor
Destruyen gargantas por igual
Torpe somnolencia
Con poderes de tifón

Las horas se difuminan en el renglón
Mientras que esperamos por el azar
A pesar de la inminente derrota
Ya fue esquematizada la solución