jueves, 24 de octubre de 2013

Texto Prescindible 8: La pesadilla de Johnny a rayas

De manera ingenua se dirigió a su habitación, se entregó al sueño para descansar. Pobre iluso, es en la mente donde habitan los más escalofriantes demonios.

Paso 1: La inmovilidad.

Paso 2: La alucinación.

Paso 3: Ojos bien abiertos.

Paso 4: El pánico.

Paso 5: Intentos fallidos de producir gritos.

Paso 6: Repetición del paso 4 y 5 (al menos unas 5 veces).

Paso 7: Resignación.

A continuación, una gran sombra negra empieza a salir de la cama de nuestro protagonista. La sombra crece, se va transformando en algo que parece una nube, pero pronto va a tomar consistencia, ahora su aspecto es como si fuera una gran masa espesa, parece hecha de algún material que le permitiría derretirse en cualquier momento. La figura crece, empieza a tomar una gran forma tubular que pasa por encima de pies y tronco de nuestro protagonista y se acerca a su rostro. Nuestro protagonista la contempla con los ojos bien abiertos, está muerto de pánico. La habitación está oscura, ha desaparecido todo.

Nuestro protagonista y la forma.

A la forma le ha salido un gran ojo en la parte frontal. Un gran espacio en blanco es acompañado de un iris color rojo. Es un rojo intenso. A continuación, para acompañar al gran ojo, se empieza a formar una boca enorme, la boca sonríe y deja ver unos grandes dientes filosos y puntiagudos. La figura empieza a reír incontrolablemente. Nuestro protagonista jamás ha experimentado tanto miedo en su vida, está inmóvil, cualquier intento de salir de este estado es inútil.

La figura dice: “En realidad la fugacidad de este delirio es necesaria, es hora de pasar de la realidad a lo real, es necesario entender que nada existe y todo existe al mismo tiempo, por eso el día del colapso final vamos a reírnos mucho, el único problema es que lo que nos hará reir serán las alucinaciones provocadas por la neurosis de querer seguir existiendo”.

La figura abrió la boca lo más que pudo y empezó a vomitar un líquido negro, espeso y caliente que comenzó a caer en la cara de nuestro protagonista. Oye miles de risas, unas agudas, unas graves, unas siniestras, de niños, de viejos, de hombres de mujeres, risas que no son humanas. El líquido negro le termina de tapar el rostro. Son 5 segundos de la oscuridad más intensa jamás experimentada por nadie.


Paso 8: Despertar

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