sábado, 11 de enero de 2014

Texto Prescindible 9: No se Vende

Aquel día andábamos por el Bulevar Chino, rara vez vamos por ahí; no es un lugar que nos queda cómodo visitar o que nos interesé, pero aquella tarde a ella se le había metido que quería ir a ver no se que en la tiendas de los chinos… no me acuerdo bien.

Salimos de una de las tiendas (a mi todas me parecían tan iguales) y nos sentamos en una de esas banquillas chinas. Está bien, no me acuerdo cómo se llaman. Sí, nos sentamos en una de esos asientillos que parecen chinos y me recuerdo que vi algo que me llamo la atención; dentro de tanto edificio y tiendas había una pequeña propiedad, que no podía medir más de 10 metros de frente, increíblemente descuidada, atrapada (parecía metida a la fuerza) y que tenía una puerta negra a la cual le habían pintando “No Se Vende”.

Ella no la había notado, hasta que yo le dije; empezamos a preguntarnos que podría haber ahí y elaboramos en cuestión de segundos mil teorías conspiratorias de lo que había allí, además de crear varias especulaciones de por qué el dueño había dejado claro que ese pedacito no se vendía a nadie.


La razón de por qué sigue esa propiedad hasta el día de hoy ahí en ese bulevar, no la sabemos; pero ahí está, desentonando el paisaje; sintiéndose orgullosa de ser la pieza que no calzó en un plan que creían que era perfecto. Ahí está, estorbando con alegría, como una basura en el ojo que se niega a salir, solo para recordar que molesto puede ser el azar.

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