La abuela estaba a punto de cumplir
89. Muchas la molestaban y le decían que ya estaba en “tiempos extra”. Estaba
en la mesa de siempre con ella. Tomó su té, agarró su periódico y empezó a
ojearlo. Miró con miedo la sección de sucesos, frunció el ceño cuando llego a
la parte de espectáculos, miró con perplejidad la sección de ciencia y
tecnología, río al ver la sección de deportes y se puso muy seria al leer las
noticias acerca de los últimos acontecimientos en otros países.
Yo estaba en lo mío, comiendo cereal
y viendo los dibujitos estúpidos que venían en la caja de este; pero pude notar
que pasó un buen rato con la mirada perdida. Sin esperarlo me dijo: “en serio,
espero morirme pronto, este mundo ya no es para mí”. Se levantó y se fue al
cuarto donde solía sentarse a coser todo el día.
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