En tu mente siempre es invierno
Ya empiezan las revueltas de mayo
Ya empezaron los dilemas de abril
Y tu corazón aun sigue abarrotado
Las luciérnagas se movían frenéticas
El agua parecía hecha de negros diamantes
El aire tan frío que rozaba la piel
Lo intentamos, pero no éramos los de antes
Oímos las notas de una vieja guitarra
Mientras descendíamos por la montaña
Tal vez nos sentíamos vivos por la noche
Pero estaríamos muertos por la mañana
La ciudad arde, pronto habrá cenizas
Llamas azules y verdes la devoran
Alcanzamos el éxtasis entre humo y neón
Las mentiras fluyen y las verdades demoran
Construiste un castillo en arena movediza
Desafiaste a la naturaleza, grave error
Ella vencerá, ella siempre prevalecerá
Y cuando te des cuenta, no sientas rencor
El demonio dormido despierta a veces
Merodea por los rincones, se ríe y escupe
Se deleita observando el predecible espectáculo
Es inteligente, malvado, todo lo deduce
Compra más gasolina, crea más fuego
La ciudad grita porque está en llamas
Derrite el pedazo de hielo que tienes en el pecho
Siente como fluyen las ideas más insanas
Pero todo vuelve a una relativa calma
Solo el silencio de ángeles de concreto
Que se apodera de cada esquina y avenida
Y quedan crucificados los corazones de cemento
Dibuja promesas en el aire para mí, una última vez
Quiero ser poseído por el espíritu de la vida
Quiero caer una vez más en el imperio de la mentira
Y dejar que el azar sea el que todo decida
Al llegar al pie de la montaña, lo supe todo
Que eran segundos para que todo acabara
Que mis augurios siempre fueron correctos
La luz negra nos decía que aquí todo finalizaba
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