Explosión
de cientos de llantos
Fugacidad llevándonos
a casa
Envasada en
linternas colocadas en el camino
Solitarias,
destruidas por el mal
Ataque de pánico
manejado con elegancia
Se cuela el
viento por las esquinas
Se clava en
un edredón de constelaciones
Que forman
el mundo de los sueños
De alguna
manera el dolor se convirtió en placer
Entre más
intenso, ese sentimiento de estar vivo
Se vuelve más
abrumador, pide ser alimentado
Como un
monstruo que no para de crecer
Adicción
poco sana a vivir arañando la tierra
Rasgando esta
cárcel de piel llamada cuerpo
Agarrar con
fuerza el barandal para no caer
Es una
estrategia de supervivencia
Y
ahora estas piezas sueltas no calzan
Son solo
temporalmente confusas
Es un
discurso escupido a la fuerza
Que forma
un charco de saliva y torpeza
Pero no
importa, porque ha revivido el bien
Ha
resucitado el aire fresco nocturno
Con sus
tintes de deliciosa arrogancia
Con sus
destellos de luz redentora
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License.
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